Lesiones de la médula espinal:

16.06.2025

Son daños al tejido medular, ya sea por trauma, enfermedad o malformación, que afectan la transmisión de señales entre el cerebro y el resto del cuerpo. Estas lesiones pueden resultar en pérdida parcial o completa de la función motora, sensorial o ambas, dependiendo de la gravedad y la ubicación del daño.


Tipos de lesiones según el nivel de daño:

  1. Paraplejía: Pérdida de función en las extremidades inferiores y el tronco inferior.

  2. Tetraplejía (o cuadriplejía): Pérdida de función en las extremidades superiores e inferiores, además del tronco, debido a daño en la médula cervical.

Causas comunes:

  • Traumatismos: Accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas.

  • Enfermedades: Tumores, mielitis transversa, esclerosis múltiple.

  • Malformaciones congénitas: Como la espina bífida.

Características principales:

  • Parálisis: Total o parcial, dependiendo de la ubicación y severidad del daño.

  • Pérdida de sensibilidad: Puede incluir incapacidad para sentir calor, frío o dolor.

  • Disfunción vesical e intestinal: Incontinencia urinaria y/o fecal.

  • Espasticidad muscular: Rigidez o movimientos involuntarios de los músculos.

  • Dolor neuropático: Dolor causado por el daño a los nervios.

Estrategias de Intervención en Alumnos con Lesiones de la Médula Espinal

Adaptaciones físicas y del entorno:

  • Accesibilidad: Rampas, elevadores y baños adaptados para sillas de ruedas.

  • Mobiliario ajustable: Mesas y sillas ergonómicas que faciliten la postura y el acceso a los materiales escolares.

  • Tecnología asistiva: Sillas de ruedas eléctricas, dispositivos de voz, teclados adaptados o control ocular para el uso de computadoras.

Apoyo médico y terapéutico:

  • Fisioterapia: Ejercicios para mantener la movilidad en las áreas no afectadas y prevenir complicaciones como contracturas o úlceras por presión.

  • Terapia ocupacional: Habilidades motoras finas y adaptaciones para actividades cotidianas, como escribir o comer.

  • Rehabilitación vesical e intestinal: Programas supervisados por especialistas para manejar las funciones eliminatorias.

Estrategias pedagógicas:

  • Plan educativo personalizado (PEP): Adaptar los objetivos educativos a las capacidades del alumno.

  • Uso de tecnología: Tablets, dictado por voz o programas de aprendizaje virtual para compensar limitaciones físicas.

  • Flexibilidad en tiempos: Permitir más tiempo para completar tareas o pruebas.

  • Enseñanza multisensorial: Utilizar recursos visuales y auditivos para facilitar el aprendizaje.

Inclusión social y actividades adaptadas:

  • Sensibilización de la comunidad escolar: Promover empatía y respeto entre compañeros y maestros.

  • Participación en actividades grupales: Adaptar juegos y dinámicas para que el alumno pueda integrarse.

  • Deportes adaptados: Boccia, natación, o atletismo en silla de ruedas.

 Apoyo emocional y psicológico:

  • Psicoterapia: Para manejar el impacto emocional de la lesión y fomentar la resiliencia.

  • Reforzar la autoestima: Reconocer logros y fomentar la autonomía.

  • Red de apoyo: Trabajo conjunto entre la familia, la escuela y los terapeutas.

Monitoreo de la salud y prevención de complicaciones:

  • Cuidado de la piel: Para prevenir úlceras por presión.

  • Control de espasticidad: A través de fisioterapia o medicamentos.

  • Atención médica regular: Seguimiento con especialistas para manejar posibles complicaciones.

Colaboración interdisciplinaria:

  • Equipo multidisciplinario: Incluir médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos y maestros.

  • Evaluaciones regulares: Revisar el progreso y ajustar estrategias según sea necesario.

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